Alejandro Samper

View Original

Cuando yo muera

No soy supersticioso,

pero cuando yo muera pongan óbolos en mis ojos

y uno más bajo la lengua para pagarle a Caronte.

Corten mi cabeza por si soy vampiro.

Cremen y hagan polvo mis huesos,

riéguenlos en el Ganges,

láncelos al espacio,

conviértanme en diamante.

Hagan sobre mi cadáver un exorcismo

para que mi alma no se aferre a la tentación.

Pongan mi corazón en urna de barro junto a una pluma.

Úntenme de mejunjes,

aceites y óleos sacros.

Prendan incienso.

Llórenme y canten alabaos.

Hagan lo posible para que mi ser deje de ser.

Ni karma ni reencarnación.

Ya fui y no quiero volver a ser

ni tuyo ni mío ni de Dios ni de nadie.

Simplemente fui un hombre que,

como muchos,

con el tiempo habrán de olvidar

y que sobrevivirá

en la fugacidad del amor.