Siempre en la búsqueda de temas para escribir, el periodista colombiano Alejandro Samper lleva más de 20 años compartiendo su opinión en prensa, radio y redes sociales. Este portal es una colección de sus trabajos e ideas, los cuales pueden ir de lo extremadamente local a asuntos globales.

La chambonada de Duque

La chambonada de Duque

El hueco fiscal para el 2019 es de unos $25 billones, según lo proyectado por el ministerio de Hacienda, por lo que una reforma fiscal es necesaria para que el país salga adelante. Sin embargo, esa Ley de financiamiento propuesta por el ministro Alberto Carrasquilla, que propone gravar con IVA todos los productos de la canasta familiar, no es la mejor alternativa.

Desde el Gobierno señalan que esta medida permitirá recaudar $19 billones. No obstante los líderes de gremios como Asoleche, Fedepapa, Fenavi, Fedearroz, SAC, Asohofrucol, Porkcolombia y Analdex; expertos en impuestos y analistas de todos los pelambres señalan que la medida ahogará a la clase media - ya con la soga al cuello tras la última reforma que subió el IVA en un 19% - y castigará a los pobres. Estos tendrán un incremento del 127% en impuestos, de acuerdo a la tabla de deciles presentada por los asesores de Iván Duque.

El pan, la papa, los huevos, el tomate, la zanahoria, el frijol, la carne… el papel, los fletes de transporte, los libros, los espectáculos… todo con incremento. La gaseosa y la caña de azúcar, no. Iván Duque, cuando fue senador, fue el palo en la rueda para que se gravaran con impuestos las bebidas azucaradas, gran causante de enfermedades en los colombianos. Mientras el entonces ministro de Salud, Alejandro Gaviria, alegaba que la medida era preventiva, protegería a los ciudadanos y beneficiaría a las arcas del estado, Duque decía que era una “chambonada”. Tenía que hacerlo porque su campaña al Senado la financiaron los azucareros (Río Paila Castilla, con $133 millones; Industria Nacional de Gaseosas, con $202 millones; Manuelita, con $200 millones; Ingenio Risaralda con $210 millones) y la Organización Ardila Lülle (dueños de RCN y Postobón, con $594 millones).

Para atenuar el golpe al bolsillo, desde el Minhacienda dicen que tienen un “mecanismo de compensación” para devolverle $51.300 a los hogares más pobres. Y el cómo lo harán es tan confuso e ingenuo como las explicaciones que el viceministro Luis Alberto Rodríguez dio el jueves a La W radio. Aseguró que es posible que a alguien le hagan una devolución mayor del IVA y diga “Oiga, a mí no me devuelva los $50 mil sino simplemente los $20 mil”. Esto en un país donde no devuelven ni el saludo…

Lo que indigna de esta Ley de financiamiento no es solo el alza en impuestos, sino todo lo que la rodea. Viene de un ministro quien aparece en los Panama papers, lo que tiene tufillo a evasión de impuestos. A quien buscan destituir por los Bonos de agua que al parecer dieron dividendos por $14 mil millones a Konfigura S.A., empresa de la que es socio y que empobreció a 117 municipios colombianos. Viene de un presidente que como candidato prometió no subir impuestos y que habla de austeridad pero se lleva hasta la suegra en los viajes internacionales (pagados con el erario). Que protege a los amigos ricos del Jefe de Estado y que terminará promoviendo la informalidad y la corrupción. ¿Cómo facturar la tapita de aceite, la cucharada de sal, el puñado de arroz o la ramita de cilantro que es como mercan muchos en los estratos populares? Al igual que la prohibición de la dosis mínima benefició a los jíbaros, esta ley beneficiará a los gota a gota.

Si Duque quiere cubrir el hueco fiscal, que comience atacando la corrupción que, según la Contraloría, es de $50 billones al año. Pero su partido y asociados impiden que el proyecto anticorrupción avance en el Senado. Si quiere tapar el hueco fiscal, que recorte los gastos del Estado, que es casi la mitad del presupuesto nacional. Que comience por bajar a la suegra del avión (algo es algo). Que invierta en educación y no en favorecer a quienes lo llevaron a la Casa de Nariño, porque un país educado tiene más chances de salir de pobre. Y no privar de alimentación a la gente (la gaseosa no es alimento) porque las personas con hambre no aprenden. Ni trabajan, ni crecen, ni se desarrollan. 

Todo lo demás serán chambonadas.

Este articulo fue publicado originalmente en LaPatria.com

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