Siempre en la búsqueda de temas para escribir, el periodista colombiano Alejandro Samper lleva más de 20 años compartiendo su opinión en prensa, radio y redes sociales. Este portal es una colección de sus trabajos e ideas, los cuales pueden ir de lo extremadamente local a asuntos globales.

Se aguó la fiesta

Se aguó la fiesta

Los entusiastas de las elecciones - y los reporteros de los noticieros cuando se les acaban los sinónimos - suelen llamarlas “las fiestas electorales”. En algún momento lo fueron. Recuerdo las manifestaciones masivas de algunos candidatos, los globos, las banderas, los discursos, los votantes apasionados con su dedo índice manchado de tinta morada. Ya de eso queda poco, sobre todo en las elecciones regionales donde las pasiones pasaron de las plazas públicas a las redes sociales y a las propagandas en YouTube; espacios donde se pueden bloquear fanáticos u omitir verlos al cabo de unos segundos.

Las votaciones a alcaldías, gobernaciones y administraciones locales que se realizarán este fin de semana en Colombia son de lo más desangeladas. Hace cuatro años muchas ciudades eligieron a candidatos alternativos, diferentes a las corrientes políticas tradicionales, con la ilusión de que las cosas cambiaran para bien. Empero, sus gestiones fueron terribles.

Medellín pasó de ser “el prostíbulo más grande del mundo” en 2014 (https://rb.gy/758ov) a ser un “burdel a cielo abierto” (https://rb.gy/sg1d5) en 2022. Cartagena se fortaleció como centro de turismo sexual internacional y por la Ciudad Amurallada se ven más prostitutas (muchas de ellas menores de edad) que familias conociendo su historia colonial (https://tinyurl.com/55br4mmr). En Cali aumentó la violencia y el primer semestre de este año cerró con 507 homicidios, incrementándose en 1,6% si se compara con el mismo lapso del 2022 (https://rb.gy/7c9fk). Y Manizales fue el hazmerreír; su alcalde no solo demostró ser un ególatra incapaz de gobernar y mantener un gabinete (https://tinyurl.com/yzfjdpwf) sino que hizo negociaciones con países inexistentes (https://tinyurl.com/ykt5jres).

Tal vez sea una aguafiestas pero, en mi caso y como lo he hecho en ocasiones anteriores, votaré en blanco en todos los tarjetones.

Por ello, estas elecciones estuvieron vacías de discursos y planes por parte de los candidatos, pues con solo decir que harían lo contrario a lo de los mandatarios actuales ya tenían el visto bueno de los ciudadanos. En Manizales, por ejemplo, bastó con decir que no eran de la línea o partido del alcalde Carlos Mario Marín. Nada de progreso, solo “seriedad” y apoyo de las maquinarias tradicionales. Igual sucedió en las ciudades antes mencionadas; todos desmarcándose de las administraciones recientes y prometiendo retomar el rumbo. O sea regresar a lo de siempre.

¿Favorito? Ninguno. Las encuestas son irrelevantes porque, como afirmó César Caballero, director de la firma encuestadora Cifras y Conceptos, “no son neutrales” (https://tinyurl.com/5n89ebfa). Por ello, quien compre o venda un voto, no solo es un delincuente sino un bobo. Sobre todo en unas elecciones donde cualquier candidato es igual de malo que el otro. Ninguno se destaca y la vara está tan baja, tras cuatro años de horrores, que hasta un vendedor callejero de maní tiene aval para llegar a concejal.

Quien compre o venda un voto no solo es un delincuente sino un bobo. Sobre todo en unas elecciones donde cualquier candidato es igual de malo que el otro.

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Los votantes, entonces, iremos a esa “fiesta electoral” sin más ánimo que cumplir. Tal vez sea una aguafiestas pero, en mi caso y como lo he hecho en ocasiones anteriores, votaré en blanco en todos los tarjetones. Tras leer, escuchar y conversar con algunos de los candidatos no encuentro alguno que llene mis expectativas, sea por sus posiciones políticas, partido que lo avala o padrinos que lo apoyan. Como he mencionado en columnas anteriores, no pienso darle mi voto a quien esté apoyado por mafias, por corruptos, por manzanillos o caciques regionales, por políticos que quieran atornillarse en el poder, por pederastas, por ineptos ni por mezquinos.

Habiendo purgado los tarjetones, los candidatos para estas elecciones regionales son como un enjuague bucal. No alivian la caries, pero los usaremos para intentar quitarnos el mal sabor que nos dejó el último cuatrienio. La frescura será momentánea y no es recomendable tragárselos.


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